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Desde la psicología, el juego resulta una actividad más compleja y profunda de lo que se cree. Los escape rooms son escenarios donde voluntariamente ponemos en práctica la cognición y la mejoramos.

Psicólogo Richard De Sousa, 2020.

 

 

Aunque “jugar” sea un comportamiento usualmente atribuido a los más pequeños, no se le asigna esa conducta precisamente por el contenido infantil. Y es que, para los niños, el juego es la principal puerta de acceso al aprendizaje donde a través de ciertas metodologías (como el ensayo y error) encuentran la manera de ir comprendiendo cómo funciona el mundo.

 

Un ejemplo muy común: un niño que tira una y otra vez un objeto al suelo. No está creando un desastre de manera deliberada; está repitiendo un proceso y corroborando algo que está empezando a aprender (si suelto algo de mi mano, irá a parar al suelo).

 

 

Es así como todos, en mayor o menor medida, hemos utilizado el juego para aprender sobre este mundo y poner en marcha nuestras habilidades cognitivas. Vale la pena preguntarse: si este comportamiento nos funcionó en un momento determinado ¿por qué no habría de funcionarnos ahora, en nuestra vida de adultos? Las actividades lúdicas y de ocio son un trampolín para el individuo: es un espacio de diversión, de libertad para equivocarse y acertar y, también, de formar ideas.

 

Teniendo en cuenta la importancia del juego para el desarrollo cognitivo de los individuos, encontramos que los escape rooms son escenarios donde voluntariamente ponemos en práctica dicha cognición y la mejoramos. La característica general de la experiencia es que existe una oportunidad de ganar. Es esa recompensa (psicológicamente hablando) la que motiva a agudizar nuestras habilidades mentales para la consecución del objetivo.

 

A nivel psicológico, entre los múltiples beneficios de realizar un juego de escape, destacan:
  1. El componente placentero: en un escape room se suscitan emociones como la alegría. Así podemos ver la resolución de problemas de una forma agradable y dinámica.
  2. La naturaleza libre, espontánea y voluntaria: son los participantes quienes eligen llevar a cabo dicha actividad procurando principalmente divertirse y superar retos.
  3. El carácter de ficción: la creatividad juega un papel fundamental y, al mismo tiempo, se ejercita para la consecución de objetivos y disfrute de cada persona.
  4. La conexión con otros procesos cognitivos: los juegos de escape en vivo ponen a prueba procesos psicológicos básicos y superiores que se explotan en paralelo. De este modo, el fin de resolver los conflictos o problemáticas (enigmas) del propio juego. Dentro de los procesos básicos tenemos el lenguaje, la memoria, la atención y la sensopercepción. Y entre los superiores están los más complejos e importantes: toma de decisiones, análisis, toma de riesgos, creatividad o comunicación asertiva, entre otros.
  5. El requerimiento de esfuerzo: usualmente el juego obliga a esforzarse en mayor o menor medida. Esto conlleva a fortalecer mecanismos de enfrentamiento al estrés y crisis como la perseverancia, la concentración, la reiteración y la tolerancia a la frustración.

 

En resumen: los beneficios de los juegos de escape nos demuestran que son un espacio ideal para sacar ese niño interior que todos llevamos dentro, al mismo tiempo que son útiles para encontrar herramientas que nos ayuden en otras esferas de nuestras vidas adultas, tales como la laboral y la familiar.

 

Superar la crisis que ha traído el COVID-19 implica comenzar por el hecho de que los individuos de la sociedad se encuentren sanos (tanto a nivel físico como mental) para que, así, la reactivación social y económica sea óptima y apuntemos todos a una recuperación general en términos post-pandemia. Teniendo en cuenta las dificultades y malestares que se han podido generar a raíz del distanciamiento social, el bienestar mental que los individuos tanto necesitan encuentra un espacio para cultivarse en los juegos de escape. Al ser una actividad que tiene una raíz lúdica y cultural, propicia fácilmente el crecimiento y desarrollo de habilidades cognitivas.

 

Por todo lo antes expuesto, los escape rooms serán un espacio de higiene mental a través del cual depurar cargas altas de estrés y ansiedad, adecuados para reconectar a nivel emocional con momentos de risas, alegría, excitación, sorpresa, etc., que fomenten así, experiencias significativas y divertidas después de atravesar la crisis actual.

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